A veces los días son muy negros aunque el cielo este azul, son fríos aunque sea verano o este encendida la calefacción, son solitarios aunque estén llenos de gente, son amargos aunque me rodeen unas dulzuras ajenas.
A veces me parece imposible poder seguir viviendo, lo intento, lucho contra mi pensamiento, me agarro a mis seres queridos que me ayudan y animan.
A veces tengo malos sentimientos contra el que labro en piedra que me haría la vida imposible, que sembraría para siempre la amargura en mí, que no permitiría que conociera la felicidad. Y decido firmemente que mi vida será posible que tendré felicidad y momentos dulces. Pero también a veces me pregunto como conseguirlo.
Se pone todo tan difícil que veo mi fracaso, entonces se agolpan todas las cosas que me preocupan, que me apenan y siento la secuela de mi enfermedad, y de continuo lloro con desconsuelo y no veo claro mi futuro.
Y tengo miedo, frió, cansancio, soledad, desesperación, incertidumbre, abatimiento, y un profundo dolor dentro de mí, el alma, la esencia, las entrañas. Y no encuentro medicinas para esto. Porque tú que me calmas, que me proteges, que curas mi herida con tus manos, que alientas mis ganas y proteges mi miedo, estás lejos, a veces tan lejos.
A veces me parece imposible poder seguir viviendo, lo intento, lucho contra mi pensamiento, me agarro a mis seres queridos que me ayudan y animan.
A veces tengo malos sentimientos contra el que labro en piedra que me haría la vida imposible, que sembraría para siempre la amargura en mí, que no permitiría que conociera la felicidad. Y decido firmemente que mi vida será posible que tendré felicidad y momentos dulces. Pero también a veces me pregunto como conseguirlo.
Se pone todo tan difícil que veo mi fracaso, entonces se agolpan todas las cosas que me preocupan, que me apenan y siento la secuela de mi enfermedad, y de continuo lloro con desconsuelo y no veo claro mi futuro.
Y tengo miedo, frió, cansancio, soledad, desesperación, incertidumbre, abatimiento, y un profundo dolor dentro de mí, el alma, la esencia, las entrañas. Y no encuentro medicinas para esto. Porque tú que me calmas, que me proteges, que curas mi herida con tus manos, que alientas mis ganas y proteges mi miedo, estás lejos, a veces tan lejos.
KITARA